Convertirse en el primer continente climáticamente neutro, es el objetivo que se ha fijado Europa para 2050 y que pretende alcanzar gracias al Pacto Verde Europeo. En él se incluyen también iniciativas claras y ambiciosas para la protección del consumidor y el consumo sostenible. Además, existen numerosas acciones de ámbito nacional y local para ofrecer una protección adicional del medioambiente y que, en algunos casos, van más allá de la legislación o cuentan con enfoques especialmente innovadores.
Con motivo del Día Mundial de los Derechos del Consumidor, CEC-España pone de manifiesto algunas de las prácticas europeas que se están llevando a cabo en una selección de Estados miembros y con las que se quiere promover un consumo más sostenible y respetuoso con el medioambiente.
En lo que se refiere a nuestro país, desde el uno de enero de este año, España cuenta un nuevo marco legal (Real Decreto Legislativo 1/2007 ) que otorga un mayor plazo para la garantía legal mínima, tanto para los productos nuevos como los de segunda mano. En el caso de los bienes nuevos, la garantía obligatoria se ha ampliado de dos a tres años, mientras que para los productos de segunda mano, puede acordarse un periodo máximo de garantía de tres años, en lugar de dos. Por otro lado, y con el fin de alargar la vida útil de los productos y reducir, así, el impacto medioambiental, España ha duplicado el tiempo mínimo en el que los fabricantes están obligados a disponer de piezas de repuesto desde que el producto deja de fabricarse. De esta forma, los consumidores tendrán recambios para reparar sus productos durante un periodo de 10 años, en lugar de 5 años establecidos en la versión anterior de la ley.
Por su parte, Austria está tratando de reducir las toneladas de desechos electrónicos que genera el país mediante vales de reparación. Con esta medida -con la que los ciudadanos solo pagan el 50% de la reparación, hasta un máximo de 200 €- se persigue que las personas consumidoras opten por la opción de reparación en lugar de tirar los dispositivos y comprar otros nuevos. Se trata de un programa que ha tenido una gran aceptación en la capital, Viena, desde que se puso en marcha en 2020 y que se ha expandido a todo el país en 2022.
En Bulgaria, una multinacional de moda incentiva a las personas consumidoras a llevar ropa de segunda mano a sus tiendas con el fin de repararla y dar otra oportunidad a las prendas. Por cada artículo entregado, el cliente recibe un vale que puede utilizar en su próxima compra.
Otra iniciativa llamativa es la chipriota. Allí, se incentiva a través del patrocinio la compra de bicicletas nuevas, al tiempo que se facilitan ayudas económicas para su reparación y mantenimiento. Además, ha prohibido a los puntos de venta la entrega gratuita de bolsas de plástico de bajo gramaje.
“Too Good To Go” es la aplicación móvil de Dinamarca desarrollada en 2015 con el fin de acabar con el desperdicio alimentario. La app -ya disponible en varios países europeos, incluido España-, permite comprar a un precio muy reducido la comida que sobra en restaurantes, hoteles u otros establecimientos. A través de la aplicación, el usuario puede consultar los establecimientos participantes en un mapa o listado, donde figuran el precio de los packs de comida y la franja horaria en que pueden recogerse, normalmente a última hora de la tarde.
En Letonia, varias gasolineras y una de las mayores cadenas minoristas letonas con numerosos puntos de venta animan a los consumidores a llevar sus propias tazas de café reutilizables. De este modo, los clientes, en lugar de utilizar vasos desechables, se llevan el café en su taza. A cambio, obtienen entre un 10% y un 15% de descuento.
La apuesta de Luxemburgo es el transporte público gratuito. Se trata del primer país del mundo que ofrece esta posibilidad de modo que, desde 2020, tanto los residentes como los turistas pueden utilizar el tren, el tranvía o el autobús sin tener que comprar un billete. El objetivo es concienciar a la población sobre la importancia de la movilidad respetuosa con el medioambiente.
Con el Plan de Reembolso de Envases de Bebidas, Malta incentiva – a partir del uno de abril de este año- la devolución de los envases de un solo uso, de cristal o metal, utilizados en la venta de bebidas, mediante un depósito reembolsable de 10 céntimos de euro. Para ello, en Malta y en la isla Gozo, se pondrá a disposición de los consumidores una red de máquinas expendedoras inversas para poder depositar estos envases de bebida vacíos.
En la misma línea, en Noruega, también existe un sistema de máquinas de reciclaje ubicadas en la entrada de todos los supermercados para poder depositar las botellas y latas reciclables. A cambio, el consumidor recupera el depósito que paga cuando compra la bebida. Solo el año pasado, los noruegos reciclaron más del 92% de todas las botellas y latas.
Polonia apuesta por la creatividad de la mano de un estudio de arquitectura de Wrocław que ha creado un proyecto de hotel móvil hecho con un camión isotérmico refrigerado como los que normalmente se utilizan para transportar alimentos por carretera. Estos vehículos tienen las propiedades aislantes adecuadas para mantener una determinada temperatura en su interior por lo que se aprovecha este material para ponerlo en valor y reconvertirlo en unas habitaciones aclimatadas de hotel, gracias a este proyecto de suprarreciclaje (upcycling). “Good spot” es el nombre de esta iniciativa con la que Polonia ofrece alojamiento móvil.
Por último, destacamos la propuesta de Suecia consistente en reducir el tipo de IVA del 25% al 12% en los servicios de reparación de bicicletas, calzado, artículos de cuero, moda y textil para el hogar. Además, los profesionales de la reparación tienen la posibilidad de ofrecer hasta un 50% de descuento en las reparaciones de grandes electrodomésticos; la diferencia la paga el Estado.